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jueves, 27 de diciembre de 2012

Visión de América Latina – Lo que aún falta por hacer


J. Fernando Arévalo, MD, FACS
Vicepresidente Ejecutivo de la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO)
Jefe de la División de Vitreoretina
King Khaled Eye Specialist Hospital, Riad, Reino de Arabia Saudita
Profesor de Oftalmología del Wilmer Eye Institute
Johns Hopkins University, Baltimore, MD, USA

El problema de la salud visual en América Latina y el Caribe se estima en un 2 a 4% de la población y que por cada millón de habitantes, 5.000 están ciegos y 20.000 están visualmente impedidos, al menos dos tercios son causados por condiciones tratables. La Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) ha atacado el problema por mas de 30 años! La meta de la PAAO para los próximos años es el estimular la implementación de Programas Nacionales de Prevención de la Ceguera, educar a los oftalmólogos/trabajadores de la salud y proveer cuidado visual a las poblaciones mas pobres.

La retinopatía diabética continua siendo la causa principal de amenaza visual en la población trabajadora del mundo desarrollado y va en aumento como causa de ceguera, especialmente en los países en desarrollo como consecuencia del aumento de la diabetes mellitus tipo 2, sedentarismo, obesidad y malos hábitos alimentarios. Además, la retinopatía diabética se ha convertido en la principal causa de ceguera prevenible en adultos en edad productiva. De los 45 millones de ciegos que había al inicio del milenio, aproximadamente un 15 % se debía a retinopatía diabética. Se ha estimado que hay cerca de 200 millones de diabéticos a escala mundial y si la epidemia no se detiene, la cifra superará los 300 millones en 2025.

Consideramos, que la prevención comienza con la educación y que en este sentido es importante incrementar esfuerzos en una lucha continua por eliminar la ceguera prevenible. La PAAO se ha abocado a la tarea de producir material educativo que ayude a llenar los espacios vacíos en la formación oftalmológica regional. Así mismo, estamos creando guías/recomendaciones para que los programas de residencia y de subespecialidad tengan unos requerimientos mínimos en cuanto a los conocimientos adquiridos por los graduandos. Esperamos que esto nos ayude a elevar el nivel de la oftalmología en general y por ende crear las herramientas aun en los sitios mas lejanos con profesionales preparados para enfrentar los retos de la ceguera prevenible.

Entrenar al oftalmólogo general a reconocer los problemas relacionados con la retinopatía diabetica y su tratamiento es fundamental. Si el oftalmólogo general es capaz de reconocer que casos requieren de tratamiento y realizar una fotocoagulacion panrretiniana a tiempo, estaremos salvando una gran cantidad de ojos que probablemente hoy dia llegan a la ceguera a pesar de ser prevenible. Este mismo oftalmólogo general debe ser capaz de diferenciar que pacientes necesitan de un tratamiento mas especializado como inyecciones intravitreas y/o vitrectomia para poder referir a tiempo a los centros mas avanzados. Así mismo se debe comenzar a crear una red de subespecialistas en retina medica con experiencia en el manejo de las complicaciones de la retinopatía diabética que poco a poco vayan llegando a áreas de la población tradicionalmente con poca asistencia y poder comenzar allí tratamientos mas de la subespecialidad como las inyecciones intravitreas de anti-angiogenicos. De esta manera solo los casos mas complejos que requieren de vitrectomia serian referidos a los centros de atención terciaria.

La educación de la población también es de la mayor importancia y debe incluir la diabetes mellitus y retinopatía diabética. Allí debemos formar equipos de médicos generales, endocrinólogos, oftalmólogos y trabajadores de la salud para poder educar a la población en general con respecto a la enfermedad y sus complicaciones. Campañas nacionales educativas con el apoyo gubernamental o de organizaciones no gubernamentales son la clave para controlar las complicaciones de esta epidemia. El medico general y el endocrino debe ser educado también y saber cuando referir un paciente con diabetes mellitus al oftalmólogo y con ello contribuir a prevenir la perdida visual.

La preparación de programas nacionales de prevención de la ceguera sigue siendo una labor individual de unos pocos y debe generalizarse en la región. Es mucho lo que puede lograrse en este sentido con campañas de despistaje apoyadas por gobiernos nacionales y por organizaciones no gubernamentales. La ayuda de los grandes centros académicos será muy importante a medida que podamos extender en la región los programas de telemedicina. De esta manera podríamos crear una red donde los casos que requieran tratamiento puedan ser referidos dependiendo de su complejidad a uno u otro centro basados en ese despistaje a distancia con la ayuda diagnostica de los expertos en esos centros académicos.

La dificultad para implantar estos programas nacionales de prevención de la ceguera radica en que tenemos mucha data que proviene de pocos países y muchos países en los que la data sobre la estimación de la ceguera prevenible es escasa. La prevalencia, factores de riesgo y el impacto de la retinopatía diabética en cada país debe determinarse como base para la creación de todos estos programas. Luego deben localizarse los fondos para poder equipar clínicas de despistaje de retinopatía diabética en lugares clave de cada país identificados con esos estudios epidemiológicos. Estas clínicas de despistaje de retinopatía diabética deben al menos tener capacidad para realizar valoración oftalmológica básica incluyendo biomicroscopia del fondo de ojo con lámpara de hendidura, oftalmoscopia indirecta, cámara retinal para fotografías de fondo de ojo y angiografía fluoresceinica, láser y en casos ideales tomografía de coherencia óptica y telemedicina (cámaras retinales no midriáticas). La formación de redes medico general primario-clínicas de despistaje-especialistas de retina en centros de atención terciaria es muy importante para completar el ciclo que permita que no se pierda la oportunidad de ayudar a estos pacientes en el momento adecuado.

La accesibilidad del tratamiento a toda la población a costos aceptables es una meta que se debe lograr y que cada dia resulta mas cuesta arriba. Los recursos del estado en todos los países son limitados y es importante bajar los costos para poder llegar a un mayor numero de pacientes necesitados de nuestra población. La ayuda de los oftalmólogos y centros privados es esencial con la valoración y tratamiento de muchos pacientes de pocos recursos si al menos logramos la colaboración semanal de 3 pacientes pobres por especialista. No es mucho como aporte social individual pero entre todos sumaria una gran ayuda para resolver y ayudar a un gran numero de pacientes con complicaciones de la retinopatía diabética anualmente. Finalmente, no debemos olvidar el alto costo que la ceguera prevenible tiene en la región, se estima que puede estar entre 10 y 30 billones de dólares aunque la figura exacta es desconocida. Esto debería ser un estimulo suficiente para que nuestros gobiernos nos ayuden a solucionar el problema.

Evitar la ceguera prevenible y específicamente la relacionada a las complicaciones de la retinopatía diabética no es tarea fácil pero entre todos podemos lograrlo!

 Fuente
http://vision2020la.wordpress.com/2012/09/16/vision-de-america-latina-lo-que-aun-falta-por-hacer/

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