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lunes, 12 de noviembre de 2012

Comer a oscuras, un hábito para acercarse a las personas ciegas

11/11/2012 La ONG de Acassuso Audela armó un restorán móvil donde el público puede comer sin luz. La comida es preparada por chef no videntes. Lo llevarán por las escuelas, empresas e instituciones.


Con una mezcla de ansiedad e incertidumbre, al subir las escaleras que conducían a un particular comedor, ya se comenzaba a percibir el inconfundible aroma de la comida casera, proveniente de la cocina. Al ingresar a un salón cuyas dimensiones quedaban a la imaginación de cada uno, ya que se encontraba completamente a oscuras, la sensación de estar en plena soledad, a pesar de saberse rodeados de gente, reinó en la mente casi de forma instantánea. Con estrictas instrucciones que provenían de las bocas de Gabriel Ayerza, Karina Chudiex, y Sebastián Lobo, cocineros no videntes y guías en la experiencia, los visitantes que llegaban al “Gallito Ciego Móvil”, montado por la ONG Audela, podían explorar el espacio con todos los sentidos, menos por supuesto, con la vista. Caminando en fila, y tomando el hombro del compañero de adelante, podían ubicarse los asientos y la mesa con los respectivos cubiertos.

Mientras se acostumbraban a la nueva y momentánea realidad, los comensales debieron incorporar algunas técnicas específicas para poder desempeñarse con más libertad: como por ejemplo mantener las manos quietas y debajo de la mesa para evitar incidentes, o estar atentos a las características de una jarra para identificar su contenido. El humeante guiso de arroz preparado por los experimentados chefs, fue lo que ingresó a continuación mediante el olfato y el gusto de los invitados, mientras se desarrollaban conversaciones casuales y divertidas los invitados dejaron los platos vacíos.

Así, con esta iniciativa de la organización de Acassuso, que implica comer totalmente a oscuras en un ómnibus adaptado como restorán, los vecinos pudieron experimentar qué siente una persona no vidente al hacer algo tan cotidiano como sentarse a una mesa para comer. El sábado y domingo pasados se instaló frente a la Catedral de San Isidro, y luego en Expocultura (ver página 9), en el Hipódromo.

La idea original surgió hace siete años. “Fue un proceso largo, ya que necesitábamos muchos recursos para hacer realidad esta idea del micro. Y lo que es más importante, es que se comprenda lo que hacemos, que es darle capacitación y trabajo a personas ciegas, y quienes cocinan y sirven son ellos”, explicó Mónica Spina, directora y fundadora de Audela el día de la inauguración.

Por otra parte, algo que todos destacaron de la enriquecedora experiencia, es lo que se generaba entre los invitados y también con los chefs, ya que tras la comida, ellos se acercaban para conocer a los presentes. “Fue realmente hermosa la experiencia de abrir el restorán a la comunidad. Durante las comidas se daban charlas increíbles entre gente que no se conocía”, expresó Fabiana Raimondi, de Audela.

“Es realmente un antes y un después para todo el que ingresa al Gallito Ciego. La gente se va con una idea diferente”, aseguró Chudiex.

De los servicios que se realizaron durante el fin de semana, pudieron participar unas 200 personas, y a partir de ahora, el ómnibus comenzará a rodar por diferentes escuelas, empresas e instituciones.


 Fuente: http://sanisidro.clarin.com/ciudad/Comer-oscuras-experiencia-acercarse-personas_0_806919481.html






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