Viajar es algo que abre la mente, permite vivir nuevas experiencias y disfrutar de lo que uno puede encontrar en el destino al que uno viaja. Cambiar de aire y conocer otras culturas.
A mí lo que me molesta es cuando me preguntan: ¿Para qué viaja una persona ciega?
Asumo que quien pregunta esto no cree que una persona ciega pueda tener una autonomía tal que le permita viajar o no tenga la independencia suficiente como para ir lejos de su casa. El que pregunta lo hace desde sus propios miedos y dudas ante su eventual ceguera. Creo que al preguntar esto se olvida que quien viaja es ante todo una persona con expectativas, deseos y miedos igual que una persona sin discapacidad.
Es indistinto que tenga o no el sentido de la vista. De hecho, existen en distintos países visitas guiadas adaptadas a personas ciegas. Buenos Aires nos permite tener una diversidad de actividades que pueden ser realizadas con o sin visión.
Se deben eliminar los prejuicios y no buscar un paquete cerrado para "los ciegos" ya que es tan absurdo como buscar un viaje para "las rubias" o para "los altos". Creo que existen actividades pensadas para las personas con discapacidad visual pero no todos van a disfrutar de las mismas actividades ya que existen tanta diversidad de gustos como personas hay.
Así que a las personas ciegas que vengan a Argentina les digo que no tendremos la accesibilidad que una persona ciega sueña con tener a lo largo y ancho del país, pero desde el Ministerio de Turismo se está trabajando en el tema con las Directrices de Accesibilidad en Destinos Turísticos, que fomenta el turismo accesible.
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