Selecciona tu idioma / Selected languaje

sábado, 15 de septiembre de 2012

Cierre involuntario de párpados, otro tipo de ceguera

Los primeros síntomas que la persona presenta son parpadeo frecuente, resequedad en los ojos, molestia ante las luces brillantes, así como dificultad para leer o mirar la televisión, indicios que de ser crónicos llevan a ceguera funcional.


Uno de los problemas de salud que presentan las personas adultas es el de la vista, en particular la ceguera funcional o blefaroespasmo, una anormalidad de la visión que empieza con un parpadeo frecuente y llega a desencadenar espasmos en los párpados.
Los primeros síntomas que la persona presenta son parpadeo frecuente, resequedad en los ojos, molestia ante las luces brillantes, así como dificultad para leer o mirar la televisión, indicios que de ser crónicos llevan a ceguera funcional.

Se trata de una distonía focal, una contracción excesiva e involuntaria del músculo que produce el parpadeo que no es causada por el nervio ni la corteza visual. Hay casos en que el cierre involuntario y repentino de los párpados ocasiona ceguera funcional pues interrumpe la visión lo que perjudica la calidad de vida de la persona.

La doctora Ana Luisa Velasco Monroy, neuróloga e investigadora, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el blefaroespasmo es un trastorno crónico y progresivo, que inicia entre la quinta y sexta década de la vida, con mayor frecuencia entre las mujeres (tres por cada hombre), aunque puede afectar a ambos sexos en cualquier época de la vida.

Las personas que presentan un cuadro severo de blefaroespasmo no pueden abrir los ojos de manera normal. Por ello, actividades de la vida diaria como leer, manejar, caminar, escribir o ver la televisión se dificultan. Cuando se detecta la patología se recomienda al paciente evitar manejar vehículos, y si van a salir de su hogar es necesario hacerlo en compañía de una persona.

También la autoestima del paciente se ve afectada ya que estéticamente es un problema muy llamativo que los demás notan y tienden a evitarlos.

La doctora Ana Luisa Velasco Monroy indicó que el blefaroespasmo no desaparece de manera espontánea porque el problema es de índole neurológico por un movimiento involuntario. Es importante un buen diagnóstico neurológico para descartar problemas neoplásicos, vasculares u otros.

El riesgo de presentar blefaroespasmo puede detonarse si la persona ha sufrido traumatismo craneoencefálico previo con pérdida de la conciencia, enfermedades oculares o antecedentes familiares de distonía.

Como una opción de tratamiento, la neuróloga de la UNAM dijo que se aplica la toxina botulínica tipo A sobre los músculos que cierran los párpados. "Se emplean dosis pequeñas, y la toxina disminuye la fuerza de la contracción muscular actuando a nivel de neurotransmisores, con lo que los espasmos desaparecen".

De acuerdo con estudios científicos que se han llevado a cabo en el mundo, con el tratamiento de la toxina botulínica tipo A los pacientes han presentado mejoría en 90 por ciento de los casos, y la desaparición de los espasmos en una de cada tres personas.

Aplicado por especialistas capacitados y cuidando la calidad del medicamento, el resultado es efectivo, y no se presentan secuelas colaterales.

"La aplicación de esta toxina tiene una duración media de tres a cuatro meses, y no existe evidencia de que el efecto terapéutico disminuya con inyecciones repetidas durante años", concluyó Velasco Monroy.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...