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domingo, 6 de enero de 2013

MANUAL PARA CONVIVIR CORRECTAMENTE CON PERSONAS CON DISCAPACIDAD VISUAL


1. En primer lugar, tenga en cuenta esto. Cuando entre a un lugar donde se encuentra un ciego o ciega, hable aunque sea sólo una palabra de saludo. Es preciso hacerle notar su presencia y también prevenirlo cuando usted se retira.
2. Jamás se dirija a él por intermedio de otra persona, en los casos en que le pueda hablar libremente. Hágalo con normalidad y asegúrese que él sepa que
usted se está dirigiendo a él llamándolo por su nombre, tocándole un brazo o de cualquier otra forma.
3. No modifique su modo de expresarse para evitar ciertas palabras como "ciego” o "ver". La discapacidad visual es la ceguera y se llama "ciego" a quien
la porta. Esto no puede ofenderle y su uso natural por parte de quien la lleva es parte de su aceptación del déficit.
4. Usted puede utilizar sin temor palabras que hacen alusión a la vista, como "mirar", "ver televisión", "bonito" o "hermoso". A ellos no les molestan estos
términos e incluso los usan con toda naturalidad. Por ejemplo: "¿Viste ayer las noticias en la televisión?" refiriéndose a escuchar el noticiero por televisión.
5. Cuando se encuentre con él o ella, pregúntele si desea que lo acompañe pero no insista si dice que puede arreglárselas solo/a.
6. Si una persona ciega acepta su servicio, ofrézcale siempre el brazo pues así podrá seguirlo y realizar los mismos movimientos que usted, lo que le será
imposible si usted lo toma del brazo y lo empuja hacia adelante.
7. Cuando cruce una calle acompañando a un ciego, deténgase un momento al borde de la banqueta, al menos que él prefiera que se le advierta
mediante una presión del brazo.
8. Encare las calles de frente, nunca en diagonal. Lo mismo rige para las escaleras fijas y mecánicas. No lo abandone hasta que ambos se encuentren sanos
y salvos al otro lado de la calle. Permanezca junto a él salvando cualquier tipo de obstáculos, tales como: montículos de arena, escombros, trabajos en
la vía pública, bicicletas que circulan por las calles, etc.
9. Si usted está apurado/a, pida a alguien que lo reemplace o señálele a la persona ciega brevemente todos los peligros que se encuentran en el camino a
seguir.
10. Para indicarle un asiento, tome su mano derecha y póngala sobre el respaldo de la silla o sobre el brazo del sillón y él o ella sabrá tomar asiento
por sus propios medios.
11. Para subir a un auto, coloque la mano del ciego sobre la manija de la puerta, o si está abierta, sobre el techo del vehículo e indíquele si el frente
del auto está a su derecha o a su izquierda. El ciego se ubicará de inmediato en el lugar correcto, sin ninguna otra ayuda.
12. Para subir una escalera común, colóquele la mano sobre el pasamanos. Si se trata de una escalera mecánica, indíquele si sube o si baja, luego colóquele
la mano sobre la cinta sin fin, en el momento que vaya a usarla.
13. Para pasar por una puerta giratoria: Si el ciego prefiere precederlo, coloque su mano sobre uno de los paneles giratorios para que él se de cuenta de
la dimensión del compartimento e inicie el movimiento; si él prefiere seguirlo, hágale saber cuando entra, para que él suelte su brazo y entre a su vez
en el compartimento siguiente, pero jamás en el mismo que usted.
14. Si usted entrega a un ciego billetes de distintos valores, entrégueselos por separado, agrupados por cada valor, identificándolo­­­­­s vez por vez.
15. Si un ciego le pide una dirección, indíquesela tan precisamente como sea posible, señalándole la distancia a recorrer, si debe doblar a izquierda o
a derecha o seguir en línea recta. Si usted es policía, preséntese como tal, pues él puede tener necesidad de una ayuda de su parte, que no aceptaría
proviniendo de otra persona.
16. Evite especialmente la lástima o una solicitud excesiva. Al acompañarlo háblele como a todo el mundo, ayúdelo discretamente y no insista cuando él le
diga que ya no lo necesita.
17. Si convive con alguna persona ciega en su casa, lugar de estudio o trabajo, procure que las puertas y ventanas estén siempre completamente abiertas
o completamente cerradas, e infórmele de los cambios que se produzcan en la ubicación de los muebles.
18. Cuando se encuentre con un conocido ciego, preséntese por su nombre al saludarlo, no pretenda que él siempre sepa con quién está hablando. Es de muy
mal gusto jugar con su ceguera al "adivina quien soy".

Aplicando estos consejos usted estará brindando un gran servicio a las personas ciegas. Recuerde que usted o un ser querido podrían adquirir esta discapacidad por enfermedad o accidente y no les agradaría ser tratados con indiferencia, rudeza ni lástima. Los ciegos son personas con las mismas necesidades que todo el mundo, dependiendo de su edad y ocupación, y desean integrarse normalmente a la vida ciudadana.

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